Según han demostrado las últimas investigaciones, la saliva puede tener diversas cualidades por sus agentes antihongos, antivirales, antibacterianos y antiinflamatorios.
Limpia, protege, humedece y lubrica la boca.
Facilita el habla, la masticación y la deglución
Percibe el gusto
Regula el pH así como la acumulación de bacterias nocivas.
Proporciona glucoproteinas como la prolina, que favorecen el recubrimiento de los dientes con una mucosidad que lubrica, protege de las bacterias ejerciendo uniones microbianas, evitando la humedad, la penetración de ácidos o la salida de los minerales.
Actúa como un agente curativo, pues su contenido cuenta con una sustancia química, llamada histatina, que colabora con la rápida cicatrización de las heridas. Contiene proteínas con anticuerpos que trabajan para disminuir la infección
También es un neutralizador del ácido, proporciona protección a zonas como el esófago y el tracto gastrointestinal. Incluso dentro de sus componentes se encuentra una sustancia llamada opiorfina, que es unas seis veces más eficaz que la morfina.
En la actualidad miles de grupos de investigación de todo el mundo trabajan para descomponer la saliva, conocer y extraer por separado las sustancias con numerosas bondades medicinales, que a su vez se podrán utilizar como compuestos de materia prima para productos de higiene personal, como es el caso de enjuagues, aerosoles, pomadas bacterianas y antibióticos.