
Todavía podemos encontrar a muchas personas que tienen una higiene oral deficiente o que directamente ni la practican. En ambos supuestos el problema es el mismo: corremos el riesgo de sufrir enfermedades orales, entre las que se destaca la caries dental, la gingivitis y la periodontitis, entre otras. Pero descuidar la higiene, además, afecta también a nuestra salud general. Numerosos estudios han vinculado enfermedades como la periodontitis con el alzhéimer, la diabetes e incluso la salud cardiovascular.
La caries la provocan las bacterias que se alojan en nuestra boca, y se ve potenciada por una falta de higiene oral. El hecho de no cepillarnos los dientes después de comer hace que dé comienzo un proceso que pasará a transformar estos restos en la placa bacteriana y a partir de ahí, seguirá su curso hasta crearse una caries.
El esmalte dental, principal perjudicado de la mala higiene oral
Esta patología es uno de los motivos principales por los que se produce pérdida dental, pero esta no es la única consecuencia que tendremos si decidimos dejar de lado los hábitos de higiene oral. Dejar de lado la higiene oral supone hablar de patologías como la gingivitis o periodontitis en los casos más avanzados, así como de manchas dentales, un problema que causa muchos problemas estéticos.
Debemos realizar una rutina de higiene oral completa. Esta no sólo tiene que llevar un cepillado dental, sino que debe complementarse con el uso de la seda dental y el colutorio. Si nos lavamos los dientes después de cada comida no sólo nos aseguraremos de tener los dientes más limpios y un aliento fresco, también conseguiremos alejar las enfermedades orales de nuestra boca.
Consejos
-Cepíllate los dientes unos 30 minutos después de comer y bebe agua o leche antes. De esta forma neutralizas los ácidos de la comida o bebida y no destruyes el esmalte dental al cepillarte.
-Cepíllate dos minutos dos veces al día.
-Utiliza el hilo dental TODOS los días para eliminar los restos de comida de todos los recovecos de la boca.
Enemigos de la salud oral
Azúcar: las bacterias lo sintetizan y se producen unos ácidos muy nocivos para el esmalte dental. Estos ácidos lo erosionan y paulatinamente las bacterias penetran en el diente.
Dieta poco saludable: si tus dientes no están suficientemente nutridos, serán más débiles. Puede producir movilidad dental, caries o gingivitis. La boca, al igual que el resto del organismo, necesita nutrientes de calidad para estar fuerte y sana.
Bruxismo: este hábito de rechinar involuntariamente los dientes es una patología peligrosa. Desgasta e incluso puede llegar a fracturar los dientes. También causa dolores de mandíbula, cabeza y cuello por la tensión que se genera.
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